EL CALDERO
La herramienta de la que vamos a hablar es el
conocido caldero de tres patas; tan usado como malinterpretado.
Todos hemos visto alguna vez un dibujo de una bruja que mezcla una
extraña poción en un gran caldero, muy parecido al que utilizaban
nuestras bisabuelas en los hogares. Sobretodo en las zonas de montaña,
ricas en leña, de manera que la chimenea podía estar encendida todo el
día y el caldero colgando de una cadena como objeto principal de la
cocina campesina.![](https://lh3.googleusercontent.com/blogger_img_proxy/AEn0k_vDsNGzlo3o-Ylj5V1Fkaet8xF2lGde7SCPtIzdGeixqyu18rjBqwckyJPhblIdzJtieyDOP7uqm_NwPjC1BQX3kHFoi05xcZQghZCSzOZKBbrEnOfePWPlZeoXcV4mYFr9SPgTxbcFAVbfQg=s0-d)
El caldero es la herramienta del hechicero por excelencia. Es una
antigua vasija para cocinar y preparar bebidas, llena de tradición
mágica y misterio.
La Wicca ve el caldero como un símbolo de la Diosa, la esencia
manifiesta de la femineidad y fertilidad. También simboliza el elemento
agua, reencarnación, inmortalidad e inspiración. El caldero es a menudo un punto focal del
ritual.
En ritos de primavera es a veces llenado con agua fresca y flores; en
invierno un fuego puede ser encendido dentro de la vasija para
representar el calor y la luz del Sol (el Dios) que retorna desde el
caldero (la Diosa).
Esto se relaciona con los mitos agrícolas en los que el Dios nace en
invierno, llega a la madurez en verano, y muere después de la cosecha.
El caldero debe ser de hierro fundido, ya que tiene que soportar el
calor, apoyado sobre tres patas, con su abertura más pequeña que su
parte más ancha.
Puede ser difícil encontrar calderos, incluso los pequeños, pero buscando bien se llega a conseguir uno.
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